Ella, tan cálida siempre, tan animada delante de los demás y triste a la vez. Ella que lo daba todo por un abrazo o una sonrisa. Ella que sentía más que nadie. Ella que anteponía sus problemas a los de los demás o al contrario prefería guardárselos y dejar paso a los de las personas que la rodeaban. Ella que daba cariño, pero que también era una pesada pidiéndolo. Ella que se fijaba en los detalles y en las cosas sin importancia, en esas que la hacían feliz. Ella para la cual todo contaba, todo era importante. Ella que lo pedía todo y daba más de lo que debería. Ella, confiada, inocente y poco espabilada. Ella pesimista, pesada y cabezota. Ella para quien todo estaba al revés. Ella, quien tenía defectos y detalles como todos los demás. Ella que sobrevivía alimentándose de los sentimientos que le provocaban los abrazos.
Ella. Ella iba a cambiar.
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