jueves, 22 de julio de 2010

22

Era de noche ya.
Con unas copas de más entraron en la casa enredados en besos y miradas hasta que consiguieron llegar a la habitación después de haber tropezado por toda la casa. Se pararon en seco, el ambiente había cambiado. Se separaron un poco para quedarse embobados con la situación que ahora caía ante ellos.
Las luces de discoteca habían desaparecido dando lugar a una lamparita encendida que se encontraba en la mesita de noche. El clima parecía cargado por el calor que desprendía la luz o quizás no era ese el motivo. La música a todo volumen había dejado paso al silencio embotado que se escuchaba después de haber estado en un lugar demasiado ruidoso.
Se acercaron despacio. La miró a los ojos y rozó con los dedos su piel suave, la tocó con cuidado como si fuese lo más preciado y delicado de su vida. Ésta cerró los ojos y agachó la cabeza en una sensación de bochorno. Se negaba a verla así. Acercó su cara a la de ella, irguió su cara, le apartó el pelo y le sonrió. Se tocaron nariz con nariz y ella se echó a reir.
Su pelo color castaño estaba colocado de distinta forma, sus ojos resaltaban a pesar de la poca luz que les daba de pleno, pero tenían un haz de luz extraño, estaban brillantes. Su cara de niña pequeña risueña era lo que más le gustaba, sobre todo esa sonrisa, su sonrisa.
Cerró los ojos y tuvo una sensación de confort al notar la cálida cara de la muchacha entre sus manos. Buscó sus labios con ansiedad, con sed. Pronto los encontró. Eran tan suaves, tan delicados, tan perfectos...
La besó con pasión, con ternura, como si fuese la última vez. Le hizo ver que necesitaba más y más, que no quería que aquello se terminase nunca, que lo único que quería era a ella y que nunca cambiaría de opinión. Ella tampoco se quedaba atrás. Soñaba, sentía, vivía, besaba, tocaba, subía al cielo. Era una mujer.
Poco a poco se echaron en la cama. Empezaron a quitarse la ropa. Una camiseta por aquí, otra allá. Prometía ser la noche más bonita. La más especial. Dos personas, unidas por besos, por miradas, por caricias. Unidas por algo relacionado con el amor.

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