viernes, 18 de junio de 2010

Noche o a saber qué!

Noche. Noche inventada. Noche de sombras que se confunden en la noche. Unas manos cálidas recorren su cuerpo. Experimentaban con su piel. Nunca su cuerpo había sentido una delicadeza igual. Los dedos firmes pero suaves a la vez sabían el camino directo hacia... a saber qué. Era tan especial... Ponían los pelos de punta, producían el placer, y a saber cuántas sensaciones más. Recorrían una larga espalda, rozaban la piel por todas partes con una suavidad inimaginable. Rodeaban el cuello, lo recorrían entero, pasaban por la cabeza. Los dedos iban cada vez más despacio. Se detenían en cada punto de su piel procurando mimarla, tocarla, sentirla. Eran caricias. Caricias perfectas. Caricias sin fin, inacabadas. Caricias que llevan al cielo. Pero, de repente, todo se para. Noche. Noche inventada. Noche de sombras. Y de repente, se despierta.

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