REVOLUCIÓN.

Mi cabeza no para de pensar, de darle vueltas a datos. No duerme, no descansa y me produce pesadillas. No me deja vivir, no puedo comer ni dormir tranquila. No me deja estudiar, se agobia por la que se le viene encima. Ni siquiera a base de tilas se relaja. No responde, no reacciona. Tiene sentimientos contrarios. Por una parte se autoanima con palabras de apoyo, siendo pesimista, pero a la vez el pesimismo no para de pensar, de calcular notas, de preguntarse acerca de su media. Inspira, expira, inspira, expira. Mi cabeza está dividida en mil sensaciones. Cada una es distinta e independiente de las demás. No respetan a las demás y no me dejan en paz. No me dan un respiro. Se sienten confusas, derrotadas, molestas, agobiadas, irriadas, pensativas, recordatorias, recopilatorias, optimistas, pesimistas, cansadas, en shock, está al acecho, no duermen.
Lo único que no tienen es tranquilidad y es justamente lo que necesito para seguir estudiando. Un poco de calma no me vendría nada mal.